En este artículo vamos a hablar de la importancia de la lectura en personas mayores porque, como bien sabemos, la lectura tiene múltiples beneficios para quienes la practican, muchos de ellos especialmente positivos para los mayores.
Es que es habitual oír hablar de la importancia de descubrir la lectura desde la infancia, un hábito que ayuda al desarrollo cognitivo y emocional de los más pequeños.
También de la importancia de la lectura en la edad adulta para mejorar las habilidades comunicativas, alimentar la imaginación o fomentar el desarrollo personal o profesional. Pero, ¿cómo ayuda la lectura a nuestros mayores? ¿Por qué deberíamos fomentar esta práctica a medida que ganamos años o en aquellos seres queridos que ya tienen una edad avanzada?
Beneficios de la lectura en personas mayores
Sin duda, la lectura es algo que favorece el buen funcionamiento de nuestro cerebro, beneficiando especialmente a los mayores:
Mejora las funciones cognitivas
La lectura ayuda a mantener la mente activa, mientras se memorizan personajes, se recrean escenas o se imaginan situaciones. Las personas mayores que leen mantienen en mejor forma sus capacidades cognitivas que aquellas que no lo hacen.
Y además, la lectura genera emociones, y estas emociones ayudan a estimular la memoria y a asentar los recuerdos.
Mejora la capacidad de concentración
La atención y la concentración son capacidades que se ven fuertemente alteradas en personas mayores con enfermedades neurodegenerativas.
Practicar la lectura requiere de ambas capacidades, tanto de la atención como de la concentración, por lo que leer se convierte en una forma de mantener bien entrenadas estas 2 habilidades.
Ayuda a mejorar la calidad del sueño
Con el paso de los años, la calidad del sueño se ve disminuida. Lo habitual es que esto suceda por una disminución en la producción de melatonina, lo que altera los patrones del sueño.
En otras ocasiones, las alteraciones del sueño pueden ser debidas a otros factores, como la enfermedad del Alzheimer, una dieta poco equilibrada, dolencias físicas, sedentarismo, depresión, ansiedad…
Sea cual sea el motivo, la lectura en personas mayores antes de dormir las ayuda a relajarse, a calmar su mente y sus músculos y, como resultado, a conciliar el sueño.
La lectura favorece la empatía y la socialización
Fomentar las relaciones sociales de los mayores es importante para su buen estado de salud física y psíquica.
Cuando la persona mayor dedica tiempo a la lectura, sobre todo cuando optan por lecturas o géneros literarios que despiertan sus emociones, se reaviva su instinto afectivo. Los libros les ayudan a entender mejor la situación personal de aquellos que los rodean. Les obligan a ponerse en el lugar del otro, y esto es algo que les permite desarrollar y mantener sus relaciones sociales.
La lectura produce sensación de bienestar
Otro de los beneficios que aporta leer a las personas mayores es que, al leer, se libera estrés. La persona se relaja, se olvida de los problemas o dificultades que ha podido tener a lo largo del día y, como consecuencia, se reducen los niveles de cortisol, lo que proporciona una sensación de bienestar al lector.
Leer entretiene
Muchos mayores, sobre todo aquellos con dificultades de movilidad, ven sus tareas cotidianas disminuidas, algo que puede sumirles en un aburrimiento que les lleva a centrar sus pensamientos en problemas o preocupaciones y a sentir sensación de tristeza.
Cuando esto sucede, leer puede convertirse en una fuente de entretenimiento, a la vez que mantiene la mente activa.
La lectura es compañía
Se dice que los libros son el antídoto perfecto contra la soledad.
La lectura en personas mayores les ayuda a olvidarse de la soledad al sumergirse en historias reales o de ficción. Si además pueden compartir esta afición con un grupo de lectores como ellos, la soledad dejará de ser un problema para aquellos que no pueden tener cerca a sus familiares.
Cómo fomentar la lectura en personas mayores
Son muchos los beneficios de la lectura en personas mayores, pero no nos engañemos, existen distintos factores que obstaculizan la lectura en la tercera edad.
Algunos de estos factores son físicos. Por ejemplo, como la falta de fuerza para sostener un libro, el deterioro de la vista o el cansancio propio de la edad.
En otras ocasiones, los factores que impiden la práctica de la lectura son psíquicos o emocionales. Por ejemplo, la depresión o los pensamientos negativos. Puede influir la creencia de que ya no merece la pena aprender nada, que hace que la persona deje de lado la lectura o cualquier otra actividad de mejora de sus habilidades cognitivas. También afectaría el hecho de no haber tenido afición por la lectura en el pasado.
Como familiar o cuidador de una persona mayor, debemos ser conscientes de estas dificultades si queremos ayudarle a adquirir el hábito de la lectura.
Para conseguir superarlas te dejamos algunas recomendaciones:
- Anímale a leer por la mañana, es el momento con mejor luz del día y en el que se sentirá más cómodo y menos cansado para practicar la lectura.
- Busca temas de su interés, por ejemplo, aquellos que le resultaban atractivos en su juventud. Esto mejorará su interés y su predisposición.
- Si detectas que tiene problemas de concentración, recomiéndale lecturas cortas y sencillas hasta que veas que esta habilidad va mejorando.
- También es importante utilizar formatos adecuados en los que la letra sea suficientemente grande, para que la lectura sea cómoda.
Igualmente, puedes involucrar a la persona mayor en tareas familiares relacionadas con la lectura, por ejemplo, asignándole la tarea de leer cuentos a los niños. En Cuidalian somos expertos en cuidar a personas mayores. Entre nuestros servicios se encuentran el acompañamiento y la estimulación a través de actividades como la lectura. Si necesitas ayuda con un ser querido o familiar, no dudes en contactar con nosotros.